Aun cuando existen matices en las diversas democracias del mundo,
ciertos principios y prácticas distinguen a un gobierno democrático
de las demás formas de gobierno.
La democracia es el gobierno en el que el poder y la
responsabilidad cívica son ejercidos por todos los ciudadanos, ya
sea en forma directa o a través de sus representantes libremente
elegidos.
La democracia es un conjunto de principios y prácticas que
protegen la libertad humana; es la institucionalización de la
libertad.
La democracia se basa en los principios del gobierno de la
mayoría, en conjunción con los derechos del individuo y de las
minorías. A la vez que respetan la voluntad de la mayoría, todas las
democracias protegen con esmero los derechos fundamentales de los
individuos y grupos minoritarios.
Las democracias se cuidan de los gobiernos centrales todopoderoso
y descentralizan a éstos a nivel regional y local, pues saben que el
gobierno local debe ser lo más accesible y dúctil que sea posible
frente a la población.
Las democracias comprenden que una de sus funciones esenciales es
proteger los derechos humanos básicos, como la libertad religiosa y
la de expresión, el derecho a la protección de la ley en un plano de
igualdad y la oportunidad de organizarse y participar plenamente en
la vida política, económica y cultural de la sociedad.
Las democracias realizan con regularidad elecciones libres e
imparciales, abiertas a todos los ciudadanos. En una democracia, las
elecciones no pueden ser una fachada tras la que se oculte un
dictador o un partido único, sino auténticas contiendas por ganar el
apoyo de la gente.
La democracia somete a los gobiernos al estado de derecho y
garantiza que todos los ciudadanos reciban la protección de las
leyes por igual y que sus derechos estén garantizados por el sistema
legal.
Las democracias son diversas, en reflejo del carácter particular
de la vida política, social y cultural de cada país. Lasa
democracias se basan en principios fundamentales, no en prácticas
uniformes.
Los ciudadanos de una democracia no sólo tienen derechos, sino
también la responsabilidad de participar en el sistema político que,
a su vez, protege sus derechos y libertades.
Las sociedades democráticas están comprometidas con los valores
de tolerancia, cooperación y compromiso. Las democracias reconocen
que para llegar a un consenso se requiere un compromiso y que eso no
siempre se puede lograr. Como dijo Mahatma Gandhi, "la intolerancia
es en sí misma una forma de violencia y un obstáculo para el
desarrollo de un espíritu verdaderamente democrático".